martes, 10 de marzo de 2009

a place called home/ un lugar llamado hogar



la forma en que la luz entraba por la ventana provocaba jugar con la cámara. cada vez que atravesaba las persianas se llenaba el salón de puntitos blancos, trasladando los calurosos veranos al interior pese a los vanos intentos de mantenerlo fuera.
un hogar en el que crecer. en el que lamerse las heridas emocionales, en el que disfrutar de nuevos amantes. en el que recluir las horas y noches y días a libros y diapositivas y música.
la sensación perenne de estar alejada de todo y todos; escondida entre fábricas y carreteras y descampados y puentes que te separaban del interior de esa ciudad que se mostraba fría e inapetecible frente al disfrute de la soledad que gozabas ahí.
ruidos y gente y humo y noches vacías frente a lo sencillo.
lo humilde y verdadero.
el sitio en el que te sentías tú.

hoy todo se reduce a cajas, libros que se me llenan de polvo y estropean tras mudanzas y países y idiomas y uniones y separaciones y años y meses y experiencias y canciones y palabras y fotos y cuadernos.
necesito volver a establecerme.
reestructurarme en forma de nuevo hogar.
nuevo hogar. nuevo amor. nuevo amor. nuevo hogar.
con muchas estanterías y sol en las ventanas.
que cuando entre por las persianas, me invite a jugar con él.

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