domingo, 24 de julio de 2011

Desde el Archivo - 1: Ángela Vallvey, escritora

Me ha llevado un tiempo llegar a estos documentos. Son un montón de entrevistas y retratos que hice hace un tiempo. Muchas de esas personas, con el tiempo han llegado a ser muy popular, y es divertido ver como algunos cambian y otros no. Esta corta entrevista es el primera de la serie "Desde el archivo", ahora que todo gira en torno al archivo. Fueron, en su momento, publicadas online en un sitio en el que trabajaba entonces. Las vuelvo a publicar porque me da la gana y porque estoy poniendo orden en todo el trabajo de todos estos anos.
Y porque me encanta leer entrevistas. He elegido que la primera sea Àngela Vallvey porque su "Los estados carenciales" se encuentra en la biblioteca pública de Munich como ejemplo de libro en castellano para todos los alemanes que quieren aprender espanol o para todos los que extranan leer en castellano que sería mi caso.

Angela Vallvey, escritora y poetisa.

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Ángela Vallvey es la ganadora del premio Nadal. Con su novela Los estados carenciales ha sido la última galardonada con uno de los premios más prestigiosos del panorama literario. Con una prosa directa y aderezada de sarcasmo, Vallvey se hace dueña del Nadal con una sátira sobre los libros de autoayuda.

¿Qué tal sienta el ajetreo que supone la promoción del premio Nadal?

-Fenomenal : ¡no me puedo quejar!. Procuro disfrutarlo lo máximo posible porque es algo que va en beneficio de a lo que me dedico.¡Estoy contenta por mí!


¿Por qué escribir sobre la felicidad?

-Es el tema por excelencia. Esa búsqueda de la dicha es ancestral pero como tema de interés, se mantiene intemporal . Cuando empecé a escribir la novela necesitaba reflexionar sobre ella.


La idea de la novela surge después de descubrir los libros de autoayuda.

-Hace cinco años descubrí un libro de autoayuda que se llamaba Como desarrollar su capacidad intelectual y me pareció genial porque enseñaba a ejercitar la memoria. Fue mi primera incursión en este tipo de libros que empecé a investigar. Con el timpo pensé que sería bueno escribir una novela de autoayuda cuyo argumento tratara el tema de la búsqueda de la felicidad.


La novela transcurre en Madrid ¿Puede ser un rasgo de nostalgia evocar la capital después de que lleves años viviendo en Suiza?

-Puede ser pero creo que Madrid es una ciudad muy propia para vivir odiseas. Madrid me encanta y a la vez la detesto, es muy dura como lugar de residencia. Debo estar lejos de ella para parcelar mi cabeza con los espacios urbanos propios que adoro pero sin necesidad de vivir los infiernos que también esconde.


Te declaras ferviente admiradora de los filósofos griegos clásicos ¿Se puede aplicar lo que predicaban entonces a la actualidad de forma eficiente?

-Por supuesto. Los griegos eran tíos listísimos que tuvieron más tiempo que nadie para pensar. Hay que apropiarse de esa filosofía porque es perfectamente aplicable a nuestra época.


Con Los estados carenciales planteas que hay falta de algo en la sociedad actual. ¿Cuál sería la principal carencia de la nuestra?

-Más que carencias nos sobran elementos como la codicia y en nuestro país en concreto, la envidia.


Eres poetisa antes que novelista. ¿Qué te resulta más sencillo de escribir, prosa o poesía?

-Lo que hago en narrativa no tiene nada que ver con lo que hago en poesía. Quiero mantener esa esquizofrenia para escribir ambas sin mezclarlas aunque sea difícil.


Más que difícil parece una tarea imposible..

-Yo cambio el chip, procuro hacer el cambio mental de pensar como un novelista cuando escribo novela y no como un poeta que escribe prosa. Hay gente que niega que sea posible, pero yo creo que la clave está en mantener el justo equilibrio en cada género y ceñirse a él. Si se contaminan los ámbitos, seré una mala novelista y una mala poeta.

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