hay veces que las decisiones que tomas, o que toman por tí, son constantes tropiezos. hay otras sin embargo, en las que los pasos se van sucediendo de forma natural, respetando los tiempos adecuados para que se produzcan sin demasiados giros bruscos, ni cambios radicales. como si fueras cruzando un río a través de las piedras que salen por su superficie. pero esta vez los pasitos son cortos. y la manera de caer de una piedra a otra es suave y natural. tremendamente fluida.
y los temas de conversación que versan sobre el trabajo ves que poseen la dirección que llevas años buscando. y los retos y luchas se convierten en apoyos y contactos.
intento asimilar todo lo que se acerca con la mayor cautela. sin apenas aspavientos ni emociones que me superen pero si siento una calma en mi interior que creo, nunca antes he sentido. quizás, y sólo quizás, esté en el buen camino.
que la buena estrella, como dice mi abuela, cubra mis pasos y los de la gente a mi alrededor.
