miércoles, 26 de agosto de 2009

endlich




Es curioso como en este momento preciso, en el que siento que empiezo a sentirme adulta, vuelva a aparecer la naturaleza de una forma diaria en mi vida. Recordándome a los días de la infancia en los que me he criado junto al mar, desnuda siendo niña en la costa del Atlántico, mucho antes de llegar a vivir a Madrid. Aprendo pues a dominar otro tipo de corrientes, las del río Isar, al que bajo todas las mañanas a nadar, con su agua que refleja el color verde oscuro de los árboles frondosos de Munich.
La corriente del mar es más vertical, las olas te llevan hacia arriba y abajo mientras que la del río es horizontal. Puedes nadar contra el río de forma suave más a la orilla, y cuando quieres dejarte llevar como si fuera un enorme tobogán, sólo debes situarte un poco más en el centro y la velocidad se acelera sola, como si tu cuerpo fuera una partícula más de las que lleva. Recién ahora entiendo a mi mamá, que se ha criado en los ríos de la sierra de Córdoba en Argentina y la manera que tiene de extrañarlos. Afortunadamente me encuentro en uno de los lugares de Europa más blessed por la naturaleza que conozco. En el que a pocos kilómetros de mi ciudad existen lagos a los que voy a nadar y a pasar el día como cuando era niña, desnuda al sol, entre el sol y el agua. Entre el agua y el sol. Y al entrar en el agua veo al fondo las uñas de los pies pintadas de rojo fuerte, contrastando con el verde clarito transparente del agua. Y el pelo se seca al sol tras salir del agua dulce, y queda suave suave y los sonidos que se escuchan no son los del mar sino los que da la naturaleza de un lago que se ha generado en el hueco dejado por un antiguo glaciar. Y al fondo, mientras te bañas, la vista que tienes es la de las montañas, los Alpes, en la parte suiza, alemana y austríaca, majestuosamente silenciosos. Eternos.
Como si alguien se hubiera olvidado de quitar la foto de un decorado de la película y de alguna manera siguiera sin creerme nada de lo que estoy viviendo porque no me cabe dentro de bonito.
Lo sencillo y lo simple como lo más valioso.
Long time no see toli. And somehow finally back.
Endlich.