miércoles, 22 de septiembre de 2010
haruki murakami. "kafka en la orilla"
" A veces , el destino se parece a una pequena tempestad de arena que
cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla.
Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a tí. Tú vuelves
a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes.
Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes
del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no tenga relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, no luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como
polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta. "
"Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la de los demás.
Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado
cruzarla con vida. No!. Ni siquiera estarás seguro de que haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena."
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