el momento del día es recién 
por la manana, donde apenas 
hay nadie despierto, en un 
domingo 1 de agosto y el 
verano todavía podría recordar 
a lo que es el verano y hace 
calor suficiente como para 
escribir en manga corta en la terraza 
de casa. 
detlef duerme todavía y se 
escuchan los pájaros y se 
ven ardillas en el jardín. 
la casa del árbol, el sol 
entra temprano en la terraza
y recién despierta me pongo 
a escribir con un café. 
en ese momento en el que 
por suerte en lo único que pienso 
y escucho son dos ardillas 
que se persiguen rápidas veloces 
en una de las copas de los árboles, 
las hortensias, la que tenemos
en la terraza y los palitos de bambú 
que le he puesto para que no quiebren 
las ramas con el peso de las flores, 
enormes, cabezas de flores diminutas de color blanco. 
las flores favoritas de mi abuela phillys.
miren acá nenas, ven mis hortensias azules, abajo, paseando 
por el jardín de la casa se mi papá en córdoba, 
argentina, son más azules de lo normal porque 
a las hortensias les gusta el metal oxidado 
en la tierrita, les da más color a las flores, 
nenas si encuentran latas oxidadas, traigánmelas 
para ponérselas en la tierrita. 
me hacen falta más palitos de bambú, una planta
hermosa la hortensia. y el cyclamen que compré 
cuando vivía en haus der kunst, todavía sin 
maceta y brota continuamente esas bellísimas 
flores fucsias. la primavera, a la que le falta
en su maceta, todavía algo de tierra y el geranio 
que me ha dejado marta latorre de regalo.
 
como puedo ser tan espanola flo? me decía al 
colocarlo en la ventana de su cuarto, menos luminosa, 
con esa luz medio grisácea, 
que poco tiene que ver con el sol de su almeria natal, 
bueno, un poco de alegría, mejor así. 
marta también me ha dejado uno de sus cuadros de 
regalo, siendo una pintora abstracta de increíble talento. 
su sutileza en el dominio de los tonos cromáticos, 
como usa veladuras en sus lienzos como si fuera una 
discipula contemporanea de velazquez de apenas veinte 
anos. 
me gusta que sea mujer y joven y se decante por 
los grandes formatos. "quiero sentir lo que pinto, 
empaparme del cyan, escribir sobre el rojo que he sacado
mezclando el pigmento con vino". 
vivir con ella ha sido 
genial. me quedan sus cuadros, el geranio y una visita 
pronto a mi nueva casa. 
hoy me vuelvo a mudar. con detlef, a la casa del árbol. 
una casa con una terraza cuya vista parece  
una foto de thomas struth 
y desde la que escribo ahora. 
ardillas. hortensias. café. 
una nueva etapa.
