martes, 18 de mayo de 2010

me falta el lenguaje

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No existe en realidad ningun problema con el clima. O la falta de sol.
O la comida. Son cosas que no me afectan. Podría continuar la lista hasta el
infinito pero tampoco creo que sea necesario.
Vivo en Alemania y manejando el idioma todavía me siento como si
tuviera en mis manos una cantidad inmensa de blandiblu amarillo fosforito que
debería poder encajar en una caja perfecta, precisamente hecha a medida alemana,
de 2 cm de largo por dos de ancho. Que además tiene color negro.
Y el blandiblu se me
escapa, y con el negro se ve todo sucio, pringoso. Torpe. Poco preciso.
Y el alemán como idioma, si es algo, es justo éso, precisión.
Como son ellos en realidad. Gente precisa para un lenguaje preciso.

Realmente lo que extraño es el lenguaje. Vivo en un lugar donde el acento no goza de
mis cadencias sonoras familiares. La dulzura del acento argentino, español. El idioma.
Contradicción. Una parte de la sociedad me encanta. Lo pulcro, la sensación de paz y
seguridad que emanan las calles. El nivel cultural.

Sin embargo extraño mis símbolos. Metáforas cotidianas.
Versos sonoros que desprenden esquinas, ráfagas de risa y alegría.

El lenguaje. Tan simple y complicado a la vez.

p.s. es como sentirte rodeada de una capa de plexiglás transparente. Aveces.