miércoles, 21 de octubre de 2009

baden-baden=munchen



Munich es mi pequeño lugar secreto de reposo y cura. Un lugar al que he llegado para curarme de acumular y acumular emociones, (algunas buenas, algunas menos buenas), y no tener la capacidad de digerirlas o hacerlas pasar a un estado menos sólido en la cabeza. "Una fortísima sobrecarga emocional, Florencia, hacía mucho tiempo que no venía alguien con el organismo tan sobrecargado", como decía ayer mi doctor. Son muchos años, muchos temas, y a veces una siente que no puede con todo. No ha sido una depresión esta vez, como cuando de adolescente y tras la visita a París, el mundo se te cayó y pasaste meses en tu cuarto sin fuerzas: no poder levantarte del llanto, tu padre desesperado en el dolor de ver a su hija sufrir sin saber que hacer, cómo puedo ayudarte, qué puedo hacer por tí, qué te falta. Nada podía sacarte de encima esa pesadez de corazón, el alma -die Seele-, que te faltaba el aire, las ganas y energía para ir al colegio, para vivir.

Han pasado más de diez anos desde entonces y sigues siendo alguien tremendamente sensible pese a tu aspecto físico. La capa que te separa de la realidad con relación a los sentimientos a veces tiene la textura ínfima de una capa de jabón:todo te toca y te llega, directo, sin filtro. Y han sido unos anos, estos ùltimos, algo díficiles, llenos de actitudes en los que gente que te rodeaba actuaba segun fuera y sin que la empatía supusiera algo importante. También hay otro factor y es que además, no sabes separarte emocionalmente cuando te toca. Todo ello te ha llevado a acumular, acumular y acumular. Hasta que tu organismo se ha cargado hasta arriba, empieza a funcionar sobrecargado y estallas. Hace un par de semanas tuve un ataque de ansiedad. Otra señal. A la llegada del trabajo. Y recién empecé, por recomendación de alguien que me quiere bien, con las visitas a un doctor. Un buen doctor. Que me está ayudando. Y fíjate tú, es todo una cuestión de niveles, de estar equilibrado. Solo así el cuerpo deja de emitir señales externas como la que me estaba enviando a la piel de mis manos y pies ; senales que indicaban que algo no estaba bien pese a mis intentos de mantener la parte emocional bajo control.

Ayuda. A veces es bueno que te ayuden. Gracias a la ayuda de personas buenas me estoy curando. En mi privado Baden-Baden.
Munich.
Es una buena noticia.