vas en la bici igual que hace 10 años. en vez de llevar un walkman y una cinta que te grabó diego, con bjork por una cara y elastica por otra, llevas un ipod. la música antes te ayudaba a luchar contra el miedo que te producía cruzar el bosque por la noche, justo al salir de la ciudad y antes de llegar a tu casa de münster, en alemania. cuando volvías de la ciudad y te adentrabas en el campo de noche, necesitabas poner la música bien alta en los cascos y cantar a todo pulmón para no asustarte tanto al cruzar ese oscuro imposible en el que lo único que veías era el foquito de la bicicleta temblando - mientras, a toda pastilla, acelerabas, vaya si lo hacías y tu voz gritando a pleno pulmón...we live in a mountain right at the top, i´ll goo throughh all theeeesseee befoooreeee... y luego respirar por lograrlo una noche más. hoy llevas música porque necesitas, aunque sea mentalmente, ahuyentar los coches que circulan por madrid. pero te sientes igual que entonces. eres más mayor, pero las mismas cosas te hacen feliz. también viajabas mucho. no pasabas más de dos años seguidos en madrid. lo odiabas. la misma gente. nada cambiaba. pero tú si. cada vez que volvías, estados unidos, alemania, irlanda, te sentías otra persona totalmente distinta . sin embargo sigues igual que hace diez años, con tu bici y los cascos. las cintas. los cuadernos. y la cámara de fotos de papá. la que te adueñaste cuando te fuiste de casa, con 18. justo las mismas cosas que te siguen haciendo feliz hoy.