Y sí, todo es muy abstracto y la vida está muy cara. El único momento que me siento en paz es con los chicos en el estudio, probando cosas con el bajo, las programaciones, dándole forma a ballet. Lo del Ateneo me ha hecho perder mis energías, mucho, por un lado es una aventura realmente satisfactoria, pero lo de abrir el camino en un glaciar con ayuda de un simple piolet y toneladas de entusiasmo no siempre es suficiente. Pero las cosas van saliendo, ahora, me siento terriblemente exhausta. Mi madre me llama romántica,( no se vive del aire), mi padre ya no sabe qué decir. Sé que estoy trabajando como nunca y estoy segura de que tarde o temprano todo irá acoplándose de forma menos abrupta. Mientras tanto necesito toneladas de orden y calma. La semana que viene será distinto. De momento, y lo positivo, es por ejemplo haber charlado con Patricia, de Fikasound. Una chica estupenda que me ha animado un montón. Necesitaba el punto femenino empático de la cordialidad más que la continua lucha de egos. En la imagen, Lola, la diseñadora de nuestro pequeño holding cultural, toda una princesa.